Este año se cumple un lustro de la ausencia de García Ponce. Los últimos 36 años de su vida los pasó postrado, víctima de esclerosis múltiple que le fue paralizando progresivamente. Hacia el final de sus días se recrudecienron sus problemas para hablar, lo hacía en voz baja y gutural. El padecimiento de esa enfermedad se remonta a 1967. Rescato un comentario de Elena Poniatowka donde se recrea aquel momento:
Hace más de tres décadas, en 1967, el neurólogo Mario Fuentes le dijo en su cara que tenía seis meses de vida, un año, cuando mucho. "Lo que hice entonces -cuenta Juan- fue dar una vuelta en mi coche y meditar. Me estacioné en una calle y pensé: ¿Qué hago? ¿Me suicido? Como tú sabes, mi defecto es la curiosidad e inmediatamente reaccioné: "Me suicido, ¿y qué tal si pasa algo maravilloso en este año?" Decidí quedarme y arranqué mi coche diciéndome: "Vamos a ver qué pasa en lo que resta del año".
Lo que pasó es que escribió muchos libros, entre ellos Crónica de la intervención; libros que en su conjunto justificaron sus días.
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