viernes, 29 de abril de 2011

Tres visitaciones de Fina García Marruz



Este año el Reina Sofía premia no sólo a un poeta, la cubana Fina García Marruz, sino a una tradición, la de los contertulios congregados en Orígenes. De la delicada Fina son estas visitaciones:

1
Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.
Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.
Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.

2
Uno vuelve a subir las escaleras
de su casa perdida (ya no llevan
a ningún sitio), alguien nos llama
con una voz querida, familiar.
Pero ya no hace falta contestarle.
La voz sola nos llama, suficiente,
cual si nada pudiera hacerle daño,
en el pasillo inmenso. Una lluvia
que no puede mojarnos, no se cansa
de rodear un día preferido.
Uno toca la puerta de la casa
que le fue deparada a nuestras manos
mortales, como un tímido consuelo.
...

11
Since I have walk'd with you through shady lanes... (Keats)
¿Quién no conoce ese sendero en sombras,
ese continuo hablar, interrumpiéndose
el uno al otro amigo, en el gozoso
diálogo hasta la puerta de la casa,
servida ya la cena? ¿Quién no escucha
las nocturnas pisadas en la acera
tornarse más opacas al cruzar por la yerba
que nos trae al amigo, al bien llegado?
¿A quién, ya tarde, no le cuesta mucho
despedirse y murmura generosos deseos,
inexplicables dichas, bajo los fríos astros?


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jueves, 28 de abril de 2011

Gonzalo Rojas: Un día común



"Yo vivo solo, duermo en cama de hombre solo, perdí a la mujer última mía hace 10 años, resido en Santiago, capital de no sé qué como suelo decir desdeñosamente. Por allá arriba tengo una casa, en el centro sur de Chile. Me levanto temprano, sobre las 7 y media estoy arriba. Ya en estos plazos finales, un desayuno fuerte claro, no mucho pero firme, y luego salgo por la calle, pero no llevo ninguna vida así confortable, tampoco dolorosa. Leo, leo, leo sobre todo como me enseñó Borges y a todos nos enseñó, releo, el que no relee está jodido, el que no relee no ha leído nunca"

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martes, 26 de abril de 2011

Ochenta veces nadie



Encuentro resonacias, entre estos versos escritos por Gonzalo Rojas a los 80 y mis circunstancias -a los 40-.

La apuesta es ahora,
ese ahora libertino cuando uno
todavía echa semen sagrado... y
no escarmienta, construye casas,
... viaja,
odia la televisión, vive solo

lunes, 25 de abril de 2011

Sin Gonzalo



25 de abril de 2011, la fecha aciaga, desnace Gonzalo Rojas. Desde mi tristeza sin Gonzalo, desde mi orfandad, desde mi pobreza, le recuerdo:

Quedeshím qudeshóth

Mala suerte acostarse con fenicias, yo me acosté
con una en Cádiz bellísima
y no supe de mi horóscopo hasta
mucho después cuando el Mediterráneo me empezó a exigir
más y más oleaje; remando
hacia atrás llegué casi exhausto a la
duodécima centuria: todo era blanco, las aves,
el océano, el amanecer era blanco.
Pertenezco al Templo, me dijo: soy Templo. No hay
pura, pensé, que no diga palabras
del tamaño de esa complacencia. 50 dólares
por ir al otro Mundo, le contesté riendo; o nada.
50, o nada. Lloró
convulsa contra el espejo, pintó
encima con rouge y lágrimas un pez: El Pez,
acuérdate del pez.
Dijo alumbrándome con sus grandes ojos líquidos de
turquesa, y ahí mismo empezó a bailar en la alfombra el
rito completo: primero puso en el aire un disco de Babilonia y
le dio cuerda al catre, apagó las velas: el catre
sin duda era un gramófono milenario
por el esplendor de la música; palomas, de
repente aparecieron palomas.
Todo eso por cierto en la desnudez más desnuda con
su pelo rojizo y esos zapatos verdes, altos, que la
esculpían marmórea y sacra como
cuando la rifaron en Tiro entre las otras lobas
del puerto, o en Cartago
donde fue bailarina con derecho a sábana a los
quince; todo eso.
Pero ahora, ay, hablando en prosa se
entenderá que tanto
espectáculo angélico hizo de golpe crisis en mi
espinazo, y lascivo y
seminal la violé en su éxtasis como
si eso no fuera un templo sino un prostíbulo, la
besé áspero, la
lastimé y ella igual me
besó en un exceso de pétalos, nos
manchamos gozosos, ardimos a grandes llamaradas
Cádiz adentro en la noche ronca en un
aceite de hombre y mujer que no está escrito
en alfabeto púnico alguno, si la imaginación de la
imaginación me alcanza.
Quedeshím qudeshóth, personaja, teóloga
loca, bronce, aullido
de bronce, ni Agustín
de Hipona que también fue liviano y
pecador en África hubiera
hurtado por una noche el cuerpo a la
diáfana fenicia.
Yo
pecador me confieso a Dios.


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miércoles, 20 de abril de 2011

La tibia luz azul



La víspera de mi inminente encuentro con el mar vuelvo a estos versos de Fogwill. Poeta argentino fallecido el año pasado. En vida se permitió todos los vicios.

La tibia luz
azul
titila en la pecera

la tibia luz
titila
azul
por la pecera
de nuestra era

tibia
la luz
de la pecera
titila
en nuestra era

en la era
de la pecera
de acuario

en la era titilante
y tibia


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martes, 19 de abril de 2011

El olvidado asombro de estar vivos



Hoy se cumple otro aniversario luctuoso de Octavio Paz, el más grande de nuestros escritores. Es así que vienen a mi memoria estos versos suyos (pero tan míos):

…Las máscaras podridas que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de sí mismo,
se derrumban por un instante inmenso y vislumbramos nuestra unidad perdida,
el desamparo que es ser hombres,
la gloria que es ser hombres y compartir el pan,
el sol, la muerte.
El olvidado asombro de estar vivos.
Y siempre viviré, no puede ser de otra manera, bajo su clara sombra... como la llama al aire.

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viernes, 15 de abril de 2011

Versos de Neruda





Uno no sabe cómo va hilvanando mentiras,
y uno dice por ellas, y ellas hablan por uno.
Piensa que tengo el alma toda llena de risas,
y no te engañarás...

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jueves, 14 de abril de 2011

“Presunto culpable”, Otra lectura



Ricardo Cayuela Gally nos obsequia una lectura heterodoxa del exitoso documental Presunto Culpable. Como éste desarrolla un tema en el que no podemos menos que coincidir, la presunción de inocencia (todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario), y su artera violación en el día a día de nuestros procesos judiciales, desde los primeros días de su exhibición esta cinta fue cargada bajo palio por el público y la prensa.

Desentendiéndose del griterío celebratorio, Cayuela se detiene a formular una interrogante pertinente; a saber: “La pregunta clave es: ¿se vale el engaño cuando se trabaja con la realidad?”

Pareciera que los realizadores de Presunto Culpable, deliberadamente o por torpeza, incurren en una serie de vicios como dejar de formularse preguntas cruciales, ocultarle información o distraer la atención del espectador:

1.- ¿Por qué el protagonista creía merecer un castigo?

Si lo que les interesaba era contar la historia de Toño, por qué nunca le preguntan cuál era ese problema “gigantesco” –“me siento tan agobiado y tan mal”– que le había hecho pedir a Dios, una semana antes de entrar en prisión, que lo matara o lo metiera en la cárcel. No conozco a ningún católico que le pida a Dios un castigo. Se pide ayuda, se pide perdón, a menos que sientas culpa de algo igualmente “gigantesco”. ¿Conocen a muchos inocentes que le pidan a Dios que los mate o los encarcele?


2.- El examen técnico al que Toño fue sometido en realidad no probaba nada:

La prueba de Harrison o del rodizonato de sodio: Toño no pudo disparar el arma ya que salió negativo en ella. De hecho, uno de los grandes momentos de la película es cuando el testigo acusador dice que, en efecto, él no vio quién disparó. Asunto lógico, ya que, si lo hubiera visto, alguna de las cuatro balas que se llevó su primo (información que los espectadores no tienen pero que aparece en la autopsia del caso y que se puede leer parcialmente en la secuencia inicial que ya comenté) habría sido para él. Sale corriendo en mitad de la golpiza y regresa cuando se siente seguro, tan solo para comprobar que su primo ha sido ejecutado. En el cruce de acusaciones en la prensa entre Hernández y la subprocuradora del df Martha Laura Almaraz, quien dice que nunca se acusó a Toño de haber disparado, no queda claro si esto formó parte del expediente o no. En cualquier caso, jurídicamente la prueba es irrelevante, ya que pierde toda su eficacia si no se practica en las primeras doce horas tras el suceso, y a Zúñiga se la aplicaron al menos veinticuatro horas después.


3.- Información que ni siquiera fue considerada por la defensa, por su irrelevancia, pero a la que el documental dota de peso:

La distancia: se nos dice que el crimen, en las calles de Benito Juárez y Fuentes Estelo, ocurrió a cuarenta minutos caminando, ida y vuelta, del mercado de la Polvorilla (¿a qué velocidad?, ¿minutos cerrados o redondeados al alza?, ¿cargando cámaras y con ganas de no llegar o con cierta prisa?). Es decir, a veinte minutos de ida. Es decir, a cinco minutos en bici, es decir, a menos aún en coche. Lo que demuestra esa distancia, en una ciudad como el df, es que el crimen sucede en el mismo rumbo, que el puesto de Toño casi hace esquina con la calle del homicidio (obviamente no con el número, a varias cuadras de distancia) y que todo queda relativamente cerca. ¿Lo hace esto culpable? Desde luego que no. Simplemente, como prueba jurídica, es irrelevante. De hecho, no se presenta en el juicio: es solo para los espectadores de la película.


4.- El abogado espurio no era el defensor de oficio:

La creencia de la mayoría de los espectadores es que el abogado sin licencia de Zúñiga, el señor Enrique Ramírez Santiago –irregularidad que permite que se repita el juicio–, es el defensor de oficio, no el abogado privado que la familia de Zúñiga consiguió. Es decir, lo que permite que el caso avance es algo imputable al defensor, no a la parte acusatoria, y esto, aunque no se oculta, sí se vela y produce confusión. En la cinta, además, se ve natural que el juicio se repita, ya que su abogado de oficio no era legal. Esto se refuerza con la mención al final de que pese a su licencia fraudulenta


Sin embargo, si se ve con detenimiento, y sin ánimos exaltados, ese documental abre una serie de interesantes debates.

Presunto culpable da pie a otras discusiones y este es uno de sus méritos: sobre el conflicto entre interés público y vida privada, sobre el concepto de audiencia y juicio públicos, sobre el peso de las imágenes para inducir un criterio, sobre la cultura mexicana del influyentismo, usada incluso con buena intención (como es obvio que tienen los “abogados con cámara”), sobre el consenso acrítico en los medios de comunicación, sobre la necesidad que tenemos los mexicanos de mirarnos a nosotros mismos en todo nuestro horror sin edulcoraciones tipo telenovela (parte de su indudable atractivo), sobre el éxito (y la riqueza) que puede dar el apoyo a “las buenas causas”. Sobre la verdad de las mentiras (en léxico de Vargas Llosa), verdadera riqueza de la ficción, y sobre los peligros de la mentira cuando se habla en y sobre la realidad (lección última del magisterio de Arcadi Espada).


Finalmente, en todo momento, sin renunciar a la crítica, Cayuela procura ser equilibrado:

¿Qué pudo haber pasado? Con los abogados algo muy simple: prefirieron limar las aristas conflictivas y forzar ligeramente los bordes de un caso en que habían invertido tiempo, dinero y relaciones para que sirviera de ejemplo de los males de nuestro sistema legal antes que saber la verdad de los hechos. Hicieron un documental de tesis con un caso fronterizo. ¿Coincido con su diagnóstico de la justicia? Sí. ¿Es útil la película para cambiar ese estado de cosas? Sí. ¿Son honestos al documentar los hechos? Me temo que no...


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viernes, 8 de abril de 2011

Nada me desengaña: el mundo me ha hechizado.




SALMO IV

¡Que tenga yo, Señor, atrevimiento
(¿Quién me lo oye decir que no se espanta?)
de procurar con los pecados míos
agotar tu piedad o tu tormento!
La lengua se me pega a la garganta;
agua a mis ojos falta, a mi voz bríos;
nada me desengaña;
el mundo me ha hechizado.
¿Dónde podré esconderme de tu saña,
sin que el rastro que deja mi pecado,
por donde quiera que mis pasos llevo,
no me descubra a tu rigor de nuevo?

(Don Francisco de Quevedo y Villegas)

Llegué a este poema, como a tantos otros, por Octavio Paz. Lo leí por primera vez cuando era un muchacho. Desde entonces me acompaña.

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miércoles, 6 de abril de 2011

Incendiaste mi vida con tu llama más triste



Amor, si no me diste nada
... si incendiaste mi vida con tu llama más triste

Yo congelé la hondura serena de mi fuente,
(la de las aguas vírgenes, humildes y piadosas)
para regar la sangre de mis venas ardientes
hundidas en el claro veneno de tus rosas

-Pablo Neruda-

martes, 5 de abril de 2011

Dos abuelas




Carlos Fuentes recuerda a sus dos abuelas:

Una, oriunda de Sonora, era divertida, luchadora y feliz; la otra, de ascendencia alemana, era más severa. Me diero dos cosas. Por un lado, severidad, puntualidad y disciplina; por otra, alegría e invención.

El sano equilibrio de ambas herencias, de alguna manera, explica el éxito de Fuentes.

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lunes, 4 de abril de 2011

La fuente de sed



* Tal vez el amor fuera eso: una irreversible sesión de soberanía... El amor, ahora lo entiendo, es una proclividad a dejarse invadir, a ceder el mando de la plaza, a reconocer con modestia que una parte de nosotros ya juró otra bandera.


* No los describiré con detalle, porque a pesar de ser gloriosos para quien lo vive, los lances de alcoba pueden ser monótonos para quien los lee.

* El placer de la carne no es una fuente de agua, sino una fuente de sed: cuanto más bebes menos te sacias.

(Tomados de La sangre erguida de Enrique Serna.)

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sábado, 2 de abril de 2011

Habla Don Juan Tenorio




En la Escena XII de la inmortal obra de Zorrilla, habla Don Juan:

Por donde quiera que fui,
la razón atropellé
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.

Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.


Sí, de cotidiano, el espejo fuese fiel y reflejara a la bestia; si eso fuera posible. Si posible fuera.

a.a

viernes, 1 de abril de 2011

Un fragmento de La Sangre Erguida




"En el baño, al bajarse la bragueta para orinar, miró con odio al secuestrador de su voluntad. ¿Ya ves, cabrón?, le jaló el prepucio en un arranque de cólera: Por tu culpa voy a perder hasta la camisa. Suelta toda la orina, hasta la última gota, y mucho cuidado con chorrearme los pantalones. Así, dormidito, hasta pareces un niño obediente. Pero yo te conozco bien, como todos los chaparros eres un tirano en potencia, al menor descuido quieres darme golpe de estado. Apenas ves pasar un culito por la calle y te pones a gritar órdenes como sargento: de frente, pelotón, paso redoblado, hasta el precipicio."

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