martes, 28 de octubre de 2008

¡Detente, instante!


Tras entregarse a los deliquios de la carne con un desconocido, la reina Cristina repasa con la mirada cada detalle del tálamo y exclama, palabras más, palabras menos, con Garbo en la voz: "memorizaré esta habitación, en el futuro pasaré muchos días en ella".

He recordado esta secuencia ahora que releo Las batallas en el desierto de José emilio Pacheco(*). El protagonista es un niño que se enamora de la joven madre de un compañero de Colegio. El día que la conoce, movido por la infatuación, resuelve:

Voy a guardar intacto el recuerdo de este instante porque todo lo que existe ahora mismo nunca volverá a ser igual..Voy a conservarlo entero porque hoy me enamoré...


Cualquiera que haya probado las mieles del amor, cualquiera enceguecido por la luz de la belleza, cualquiera, en suma, abatido por tan poderosos rayos, se apropia de las palabras a Goethe: "¡Detente, instante! ¡Eres tan hermoso!"

(*) Hablaré sobre esta novela en el lugar y horario acostumbrado el próximo lunes 10 de noviembre.

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