jueves, 25 de marzo de 2010

El Fantástico Señor Zorro



La apacible vida de El Fantástico Señor Zorro, así como la de su familia y vecinos, se verá alterada pues el taimado Mr. Fox vuelve a las andadas para hacer lo que mejor se le da: robar aves de corral.

El imaginario de Wes Anderson adaptó a la pantalla la obra homónima del impar Roald Dahl. Debo a la conjunción de ambos talentos la felicidad de mi noche de ayer.

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Antonieta. Mañana, Julieta Egurrola, en Estación Palabra, charlará sobre Antonieta Rivas Mercado. Este tipo de eventos suelen fatigarme pero tratándose de la Rivas Mercado allí estaré. Haré, desde mi pequeñez, desde mi insignificancia, lo que me sea posible por mantener vivo el recuerdo de tan admirable mujer.

viernes, 19 de marzo de 2010

El Cantar de los Cantares



El próximo 23 de abril, de manos del rey Juan Carlos de España, José Emilio Pacheco recibirá el Premio Cervantes de Literatura, galardón considerado Nobel de las letras hispánicas. Con él sumarán cuatro los autores mexicanos distinguidos con ese reconocimiento. (Octavio Paz, Carlos Fuentes y Sergio Pitol, los otros tres.)

Mi deuda con Pacheco es enorme. Soy de los que se educó leyendo su Inventario en la revista Proceso. Es por ello que la siguiente reunión del Círculo de Lectores (lunes 12 de abril a eso de las 19 horas en la Biblioteca del Multidisciplinario de la UAT ) tendrá como finalidad el estudio y lectura de una aproximación de José Emilio a El Cantar de los Cantares de donde proceden las siguientes notas:

Ningún poema tan célebre como El Cantar de los Cantares, el Cantico Canticorum, título que a su vez interpreta el nombre hebreo Shir Hashshirim. No existe un texto más misterioso ni más fecundo en las lenguas europeas. En la española ha inspirado las obras maestras de San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Francisco de Quevedo y los traductores bíblicos Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera.

Como texto sagrado, El Cantar de los Cantares es una alegoría de la unión de Dios con Israel, de la divinidad con el alma humana y de Cristo con la Iglesia. En términos no místicos sino terrenales es una celebración del deseo mutuo y la legitimidad y la dignidad del placer.

Quizá sus raíces se encuentren en los antiquísimos cantos de bodas egipcios, que tradujo el padre Ángel María Garibay en Voces de Oriente; en los himnos para Ishtar y Tamuz, entonados mientras representaba a la diosa una prostituta sagrada del templo; en los textos pastorales sirios, palestinos y cananeos, así como en los poemas epitalámicos en que los desposados eran por un momento deidades y se unían para propiciar la fertilidad de la Tierra.

Nunca sabremos quién escribió El Cantar de los Cantares atribuido a Salomón. Si fue el rey (hacia 980-922 antes de Cristo), que hizo también el Eclesiastés, los Proverbios y el Libro de la Sabiduría, no hay poeta que iguale su grandeza. Sin embargo, hoy se cree que el texto es obra de muchas generaciones y se fue elaborando a lo largo de varios siglos.

jueves, 18 de marzo de 2010

Centenario: El patriarca de San Pedro de las Colonias



No transcurrirá este año sin visitar San Pedro de las Colonias, Coahuila. Dos poderosos motivos me impelen a hacerlo. Por una parte un par de queridos amigos se han mudado a ese lugar (Cornelio y Jesús: los abrazo y espero verlos pronto); por la otra, conocer la casa donde vivió Francisco I. Madero.

Suele olvidarse, nuestra Revolución se fundó en un libro: La sucesión presidencial en 1910. Enrique Krauze me ha enseñado a admirar a su autor :

Navidad de 1908. En el pequeño segundo piso –casi un tapanco– de su casa en San Pedro de las Colonias, Coahuila, un hombre hojea el primer ejemplar del libro que ha escrito febrilmente durante algo más de tres meses. Con él se ha propuesto “calmar, orientar y encauzar definitivamente la ansiedad de su patria”. Sometido a una rigurosa dieta vegetariana, acosado por las jaquecas y los ataques oftálmicos, luchando contra lo que él mismo llama “el yugo de los instintos”, el ciclo completo de preparación y ejecución del libro le ha llevado más de un año. Lo comenzaba a escribir al despuntar el alba. Algunas noches, cuando el sereno recorría las calles balanceando su linterna, el hombre seguía escribiendo en un cuaderno escolar de 22 por 17 centímetros y rayado gris. Sólo en momentos de fatiga extrema se colocaba su casco Sarakoff, descendía al mundo de los humanos y recorría a caballo, como lo había hecho durante tantos años, los campos labrantíos de su hacienda. Sus peones lo saludaban con una mezcla de familiaridad y reverencia. No era sólo su exigente patrón sino su médico de cabecera, su protector material, su consejero espiritual. Nieto de un fundador de incontables empresas y bíblicas familias, él también habría querido ser un gran patriarca pero la naturaleza le había vedado, a él o a su esposa, la posibilidad de serlo. Ante la paternidad denegada, su reacción natural fue asumir una paternidad universal. Llevaba el nombre de dos santos fundadores, el de la caridad y el de la acción, y en su apellido había una reminiscencia del Calvario: Francisco Ignacio Madero.

viernes, 12 de marzo de 2010

Bicentenario: El "ejército" de Hidalgo

"No parecía un ejército. Venían los peones en cuadrillas con sus jefes, traían lanzas, flechas, arcos, hondas, uno que otro traía un fusil viejo, venían con mujeres y niños cargando. Parecía más un pueblo trashumante que un ejército." Lucas Alamán

miércoles, 10 de marzo de 2010

Revolución: El número de muertos

Letras Libres se ha dado a la tarea de reflexionar sobre el Centenario y el Bicentenario. (Por si alguno de mis lectores vive Dubai, aclaro: Centenario de la Revolución y Bicentenario de la Independencia, mexicanas.) No estarán todas las voces, empeño por lo demás innecesario, vano e imposible; pero sí algunas, y muy acreditadas: Aquí va la primera.


Entre los desmitificadores de la Revolución los hay quienes niegan que las bajas humanas sumaran el millón. Otras desgracias, y no las balas, como la gripe española, fueron causa, dicen, de la mortandad. A este respecto opina Jean Meyer:

El famoso millón de muertos nunca lo pudimos contabilizar, y creo que no va a ser fácil hacerlo. Efectivamente ahora se ha puesto muy de moda decir que la gripe española mató más gente. Yo creo que la historia de esa epidemia sí se podría escribir, porque hay registros de defunciones, al menos en la ciudad de México. Lo que pasa es que la gente considera que la etapa violenta de la revolución termina en 1919 o cuando se rinde Villa. No: hay que meter la Cristiada, que costó 250 mil vidas, no sólo de combatientes sino de civiles, víctimas de los daños colaterales.



Nota 1: salvo mención en contrario todas las opiniones vertidas sobre estos asuntos tendrán por fuente la revista citada.

Nota 2: Les ahorraré la fatiga de leer mis garabatos y reproduciré estos comentarios tal cual, acompañados por el nombre del autor. Mi poco arte consistirá solamente en seleccionar los párrafos que estime oportunos.

lunes, 8 de marzo de 2010

Callarse a tiempo



“Blanca Varela es una poetisa que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta sabe callarse a tiempo” Así se expresó Octavio Paz de tan singular poeta. Paz fue una de las figuras clave en la evolución de Varela mas no la única; en París, a donde viajaría en 1949 en compañía de su esposo, el pintor Fernando Szyszlo, trabó amistad con André Breton, Jean Paul Sartre, Simon de Beauvoir, Malraux, Camus.

Blanca Varela (1926-2009) la más alta de las poetas peruanas de su generación fue también amiga y colaboradora de otro gran nombre de la lírica de su país, Emilio Adolfo Westphalen. Consiguió importantes premios literarios como el Octavio Paz, el Lorca, el Reina Sofía.

El que persiga “versos femeninos” que no busque a Blanca. La fuerza y la ferocidad de sus poemas la alejan de todo candor. Donde cualquiera otra ve motivo de arrobo en una rosa, Blanca detecta que “infecta la poesía con su arcaico perfume”. Los valores esenciales que cualquier fémina enarbolaría reciben el siguiente trato de Varela: “Hay algo que nos obliga llamar mi casa al cubil y mis hijos a los piojos”. En la tradición de César Vallejo formuló su Curriculum Vitae:

Digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora

A pocos días de conmemorarse el primer año de su fallecimiento recordaré (hoy al filo de las 7pm en la Biblioteca del Multidisciplinario de la UAT) a quien supo callarse a tiempo pero sólo para seguir diciéndonos. ¿La escuchan?

jueves, 4 de marzo de 2010

Elogio de la vagancia



Guillermo Fadanelli es un escritor políticamente incorrecto. Es de esas personas que no sentarán cabeza (como decían los abuelos) pero que cautivan por su sinceridad. Lo que más le admiro, además de todo el tiempo de que dispone para leer, es su ir y venir por el mundo. Leyéndole topé con estos renglones que parecieran míos:

Además de... carecer de ideales que valgan la pena, no poseo títulos que me avalen, ni tampoco una institución de prestigio apuntala con el honor de su tradición y su nombre mi escaso saber. No soy tan viejo como para que la suma de mis canas me conviertan en un sabio, pero tampoco tan joven como para que el futuro me transforme en un ser distinto a lo que de todos modos seré. Y bueno, después de haber leído varias veces las andanzas del Quijote a lo largo de mi juventud no le encontré sentido o belleza moral a quedarme encerrado en casa. Lo mío era lanzarme al camino que de manera burda sugerían las autopistas, los aeropuertos... y sobre todo, los libros.


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Aviso: La fecha de la sesión del Círculo de Lectores de este mes se ha modificado: será el próximo lunes 8. (Por si a alguno interesa: El paisaje de la foto en que aparezco es Peña del Aire, Hidalgo.)