lunes, 4 de agosto de 2008
La soledad del Tlatoani
"La guerra de Galio" de Héctor Aguilar Camín fue, desde su publicación, recibida como una novela en clave de un episodio álgido de la vida nacional: el golpe al Excelsior de Scherer ordenado por Echeverría.
Es por ello que las colisiones naturales entre prensa y poder sea uno de los asuntos abordados. Reproduzco a continuación un pasaje. Donde dice Octavio Sala, entiéndase Julio Scherer; donde "La República", Excelsior.
"(Sala) la historia nos juzgará como cómplices de un crimen. Porque el presidente Díaz Ordaz le heredó a usted y a la nación un crimen. Y usted sabe cuál es.
-Lo sé, Octavio -dijo el Presidente-. Se refier usted a la matanza de Tlatelolco. Pero usted fue amigo del presidente Díaz Ordaz.
-Conocido, Señor -dijo Sala-. Y desconocido desde los hechos de Tlatelolco.
-A causa de lo publicado en "La República"- preguntó, afirmando, el Presidente.
-Asi es, Señor -dijo Sala.
-El presidente Díaz Ordaz cometió el error de aislarse luego de Tlatelolco -dijo el Presidente-. Y acabó encerrado por su propia soledad.
-La soledad no puede ser la excusa de un Presidente de México -dijo Sala-. La soledad es el oficio de los presidentes de México.
-El oficio de los presidentes de México es decidir, Octavio -dijo el Presidente-. Son titulares del poder ejecutivo.
-Decidir solitariamente, Señor -afirmó Sala.
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