miércoles, 18 de agosto de 2010

Bicentenario: Hidalgo y Morelos



Para el historiador Brian Hamnett los procesos independentistas de las dos grandes colonias españolas en América, México y Perú, se dieron de modo distinto porque desde sus orígenes se marcaban las diferencias:

Una diferencia muy significativa fue que la capital del virreinato de la Nueva España era Tenochtitlán, mientras que la capital del virreinato del Perú no fue Cuzco ni Quito sino Lima, una ciudad completamente nueva construida por los españoles para ser la capital de la Conquista, una ciudad cercana al Pacífico con comunicaciones relativamente directas hacia Cádiz, Sevilla y los principales puertos de esa época. Y eso es muy diferente, porque toda la herencia indígena en la Nueva España estaba alrededor de la capital, mientras que en el virreinato del Perú imperaba una polarización entre el Cuzco con su herencia incaica y la nueva ciudad, casi marítima, de Lima, el Callao.


Por lo que toca al inicio de la gesta mexicana (en la misma entrevista publicada por Letras Libres) destaca la importancia de Hidalgo y Morelos:

Hidalgo, Morelos y los jefes iniciales de la insurgencia tenían sentimientos más bien que raíces, sentimientos hacia la gente ordinaria, y ello es explicable también porque México había entrado en una crisis económica y social profunda. Más allá del grito de Dolores en 1810, el país padecía una dislocación en la producción minera, crisis en las haciendas, alza de precios, escasez de comestibles básicos... Sacerdotes de parroquia como Hidalgo y Morelos eran bien conscientes de ello, a pesar de sus propósitos políticos mayores, y ese no fue exactamente el caso de los caudillos de la insurrección en América del Sur.
Hidalgo abolió la esclavitud en Guadalajara. Sin embargo, hay que distinguir a México de, por ejemplo, Venezuela: México no era un país de esclavos y por lo mismo podía abolir la esclavitud sin demasiados problemas. Pero más importante es quizá la declaración de Morelos en Aguacatillo, en Tierra Caliente, a fines de 1810, aboliendo las diferencias de casta preservadas en el sistema jurídico y legal de la colonia. Estaban minando todo el edificio jurídico de la colonia española, negando la distinción oficial de castas, etnias, razas, corporaciones, cuerpos, la diferencia entre repúblicas de indios y el resto de la población.

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Sin abandonar las sotanas, pero un contexto anacrónico, aquí una nota sobre la querella entre Marcelo Ebrad y Sandoval Iniguez.

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