* Tal vez el amor fuera eso: una irreversible sesión de soberanía... El amor, ahora lo entiendo, es una proclividad a dejarse invadir, a ceder el mando de la plaza, a reconocer con modestia que una parte de nosotros ya juró otra bandera.
* No los describiré con detalle, porque a pesar de ser gloriosos para quien lo vive, los lances de alcoba pueden ser monótonos para quien los lee.
* El placer de la carne no es una fuente de agua, sino una fuente de sed: cuanto más bebes menos te sacias.
(Tomados de
La sangre erguida de Enrique Serna.)
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