En la Escena XII de la inmortal obra de Zorrilla, habla Don Juan:
Por donde quiera que fui,
la razón atropellé
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.
Sí, de cotidiano, el espejo fuese fiel y reflejara a la bestia; si eso fuera posible. Si posible fuera.
a.a
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