martes, 2 de junio de 2009

¿Por quién votar?



Está flaca la caballada. Por ninguno de los candidatos (as) de mi ciudad me siento representado. Estas muchachas sólo destacan por el exotismo de sus nombres; uno pareciera de teibolera; otro, de leona del circo Atayde.

¿Votar o anular el voto? Descarto la abstención. En el camino de por quién votar me sale al paso una reflexión de Serigio Sarmiento:

"Nunca voto por alguien, siempre voto en contra".

W.C. Fields


¿Por qué partido quiere usted votar? La lista es larga, pero ninguno parece merecer el voto.

Ahí está el PAN de Germán Martínez Cázares, el calumniador que acusa de narcos a sus rivales sin molestarse en presentar pruebas. Es el partido del ex priista y ex perredista Demetrio Sodi que por suerte consigue entrevistas en los partidos de futbol. El de una PGR que hace operativos según el partido del gobernador. El que ha respaldado iniciativas que definen el inicio de la vida en el momento de la concepción y así condenan a la cárcel a las mujeres violadas que pretendan abortar.

Ahí está el PRI, el partido de Arturo Montiel y Carlos Salinas de Gortari. El que se enorgullece de sus estructuras corporativistas, de su control sobre los sindicatos. El que paga votos con despensas y acarrea a los votantes a las urnas. El de retórica populista y gobernantes corruptos. El que después de 71 años de gobierno sólo nos dejó atraso y pobreza.

Ahí está el PRD, dividido y conflictivo. El partido de René Bejarano que postuló a Andrés Manuel López Obrador en el 2006 y avaló su prolongada toma del Paseo de la Reforma. El que cuestiona los fraudes electorales, pero no ha podido tener una elección interna sin cochinero. El que usa sus anuncios en medios de comunicación para promover la imagen personal de su presidente, Jesús Ortega.

Ahí está el Partido Verde, que pretende ser ecologista pero promueve la pena de muerte para conservar su rentable franquicia política. El que en el 2006 lanzó la candidatura presidencial de Bernardo de la Garza mientras por debajo del agua negociaba una alianza con el PRI para respaldar a Roberto Madrazo.

Ahí está el Partido del Trabajo, negocio personal de Alberto Anaya, que ha acogido a López Obrador tras el fracaso en su intento por imponer a sus incondicionales en el PRD. El partido de izquierda que quiso aliarse con el PRI en Nuevo León, hasta que el Peje lo regañó.

Ahí está Convergencia, negocio personal de Dante Delgado, el partido de ex priistas que, al igual que el PT, ha buscado mantener sus prerrogativas acogiendo a López Obrador.

Ahí está Nueva Alianza, el partido de Elba Esther Gordillo, cuya función principal es proteger los intereses de la líder sindical.

Ahí está el Partido Social Demócrata, triste remedo del movimiento que encabezó Gilberto Rincón Gallardo y que en los pleitos entre Alberto Begné y Patricia Mercado demuestra que su razón de ser es la ambición de sus dirigentes.

No sólo son los partidos, también el árbitro. El IFE se ha convertido en un simple instrumento de censura y su presidente, Leonardo Valdés, es transportado en helicópteros prestados por gobernantes, como Enrique Peña Nieto, con mayores ambiciones políticas.

Para sostener a estos partidos y al IFE, los contribuyentes estamos aportando este año 12,180.7 millones de pesos, a pesar de que los tiempos de radio y televisión que antes constituían su principal gasto se los tomaron sin pago. Añadamos casi dos mil millones de pesos del Tribunal Electoral federal y una cantidad superior no cuantificada para los institutos y tribunales electorales locales. Lo peor es el dinero que no aparece en los reportes y que se usa para repartir despensas, comprar entrevistas y acarrear votantes.

Ante la hipocresía, el gasto y la corrupción lo lógico sería abstenerse de votar. Millones de mexicanos optarán por esta opción. El problema es que la abstención permite el triunfo de los partidos con mayor capacidad y dinero para acarrear votantes, los cuales son al final los principales interesados en mantener la actual cloaca.


¿Cómo hacer valer mi inconformidad ciudadana? Esa es la pregunta.

a.a

1 comentario:

Piscis+ dijo...

Es una amarga realidad que por lo menos en mi caso, me mueve a voltear la mirada hacia la doctrina del anarquismo...