Los lectores eligen su tradición. Hay líneas que nos llaman: poseedoras de una fuerza imposible de verbalizar pero que nos atraen a su centro. Me ocurrió tal cosa al leer una reflexión sobre Kafka realizada por Borlaño. Esta:
...Kafka comprendía que los viajes, el sexo y los libros son caminos que no llevan a ninguna parte, y que sin embargo son caminos por los que hay que internarse y perderse para volverse a encontrar o para encontrar algo, lo que sea, un libro, un gesto, un objeto perdido, para encontrar cualquier cosa, tal vez un método, con suerte: lo nuevo, lo que siempre ha estado allí.
a.a
No hay comentarios:
Publicar un comentario