lunes, 28 de junio de 2010

Ceci n´est pas une pipe



“Esto no es una pipa” es uno de los cuadros emblemáticos del pintor belga René Magritte (1898-1967). El título del trabajo es ya una declaración de principios pues, en efecto, lo que el espectador ve no es una pipa sino la representación de una pipa.

La obra de Magritte participa de diferentes escuelas, cubismo, impresionismo, en cierto modo del Ready-made propalado por Duchamp… pero es en el surrealismo (corriente la cual, con André Breton a la cabeza, sostuvo que las imágenes surrealistas, como las que produce el opio, no son evocadas por el hombre sino que se le presentan de modo arbitrario y poco o nada puede la voluntad humana ante esas imágenes ingobernables) donde suele contársele.

La crítica de arte María Minera nos ayuda a entender la aportación de Magritte al arte:

A diferencia de Dalí y sus paisajes oníricos (en inglés hay un término exacto: dreamscapes), Magritte partía de lo cotidiano, restituyendo con toda fidelidad las apariencias para en seguida proceder a dislocarlas, a ponerlas bajo sospecha. El arte como atentado a la razón inmediata, primaria. Un hombre, por ejemplo, se mira en el espejo sólo para encontrar en su reflejo lo mismo que ve en primer plano el espectador: su espalda. Una vista de la fachada de una casa y sus árboles al anochece (las ventanas y el farol de la calle encendidos) es, no obstante, acompañada por el cielo límpido de la media mañana…

Algo de la obra de René Magritte se exhibe en el Palacio de Bellas Artes, ciudad de México, hasta el 11 de julio.

No hay comentarios: