lunes, 8 de marzo de 2010

Callarse a tiempo



“Blanca Varela es una poetisa que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta sabe callarse a tiempo” Así se expresó Octavio Paz de tan singular poeta. Paz fue una de las figuras clave en la evolución de Varela mas no la única; en París, a donde viajaría en 1949 en compañía de su esposo, el pintor Fernando Szyszlo, trabó amistad con André Breton, Jean Paul Sartre, Simon de Beauvoir, Malraux, Camus.

Blanca Varela (1926-2009) la más alta de las poetas peruanas de su generación fue también amiga y colaboradora de otro gran nombre de la lírica de su país, Emilio Adolfo Westphalen. Consiguió importantes premios literarios como el Octavio Paz, el Lorca, el Reina Sofía.

El que persiga “versos femeninos” que no busque a Blanca. La fuerza y la ferocidad de sus poemas la alejan de todo candor. Donde cualquiera otra ve motivo de arrobo en una rosa, Blanca detecta que “infecta la poesía con su arcaico perfume”. Los valores esenciales que cualquier fémina enarbolaría reciben el siguiente trato de Varela: “Hay algo que nos obliga llamar mi casa al cubil y mis hijos a los piojos”. En la tradición de César Vallejo formuló su Curriculum Vitae:

Digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora

A pocos días de conmemorarse el primer año de su fallecimiento recordaré (hoy al filo de las 7pm en la Biblioteca del Multidisciplinario de la UAT) a quien supo callarse a tiempo pero sólo para seguir diciéndonos. ¿La escuchan?

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