lunes, 11 de julio de 2011

Deje usted de escribir y póngase a leer



… así se podría resumir, burdamente, la arenga de Guillermo Fadanelli a un joven aspirante a escritor:

Hace unos días recibí el correo de un joven que me confesaba sus deseos de ser escritor. Era una carta extensa y un tanto desesperada... Aún cuando no le he respondido creo que este joven tiene que abandonar por completo cualquier deseo de escribir ficciones y en su lugar debe ponerse a leer. La lectura requiere de paciencia y talento, y no es nada sencillo formarse como un buen lector. Al final del camino los autores que uno ha leído en su vida te acompañarán a la tumba en silencio, sin lágrimas vanas ni discursos oportunistas. Serán una buena compañía.

Harol Bloom, el enloquecido prefesor de literatura que en el Canon occidental intento organizar una ridícula olimpiada literaria, escribió en ¿Cómo leer y por qué? (vaya título pedante), algo que vale la pena: "Sólo se puede leer para iluminarse a uno mismo: no es posible encender la vida que ilumina a nadie más."... En la actualidad no necisitamos más escritores, sino un regimiento de buenos lectores que luchen contra su propia brutalidad...

En lugar de escribir historias que ya están escritas disponte a leer las biografías de Allan Poe, Heinrich Von Kleist, Lugones, Pavese, Jorge Cuesta, Horacio Quiroga, Plath, Dostoiewski, Nerval, Gogol y unos cuantos más para que te asomes a esa piscina vacía y herrumbrosa donde ya no se puede nadar.

Encuentro impertinente añadir algo más. Pero me monto en el caballo para invitarlos a asistir al Círculo de Lectores que coordino en Nuevo Laredo, para compartir algo de Blanco nocturno de Ricardro Pligia . Acompáñenme este martes, 12 de julio, a eso de las seis de la tarde, en Estación Palabra. Se pondrá bueno.

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