Ahora que leo Blanco nocturno, de Ricardo Pligia, me topo sucesivamente con esa palabra. Poco común, bien cierto, entre nosotros los mexicanos, pero familiar a los argentinos.
El rebenque es un pequeño látigo usado por los gauchos para azuzar a la cabalgadura. Pero también:
El rebenque se empleaba asimismo como arma, supliendo al facón en los combates que no ameritaban efusión de sangre o llevado en la mano izquierda para complementar a este, así como para disciplina corporal en el ámbito doméstico y escolar.
En ocasiones, en el norte de la Argentina, también se denomina así a los trozos de materia fecal humana desecados al sol, con el fin de crear un elemento contundente y arrojadizo, con el fin de lesionar física y emocionalmente a los contrincantes en batallas por honor, o por simple malicia
(Fuente: Wikipedia)
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