Por estos días leo a Javier Marías y a Tennessee Williams. Campechaneo esas lecturas con la de la serie de entrevistas que Woody Allen concedió a Eric Lax, publicadas por Lumen.
De ese libro son los siguientes comentarios de Woody sobre dos asuntos que han desvelado a la humanidad: la realidad y los sueños.
Mi visión de la realidad es que siempre ha sido un lugar inhóspito donde estar... pero es el único lugar donde se puede encontrar comida china.
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Nada de lo que he escrito en mi vida está inspirado ni por asomo en un sueño... Cuando iba al psicoanalista sí recordaba los sueños y hacía un esfuerzo por no olvidarlos. Pero lo dejé cuando vi que la interpretación de los sueños no servía de nada..., a menos que seas un faraón, claro está.
A propósito del cine, La Profesora me pregunta que hay de bueno en las salas comerciales. Le respondo: “En estos días de verano: sólo el clima artificial”.
Para fortuna de los cinéfilos, el cine no se constriñe a las salas de exhibición. Están los videoclubes: esta semana, el que suelo frecuentar, estrenó a la renta El pequeño tallarín y a la venta Suddenly, last summer.
Canal 22, por estos días proyecta un ciclo de Jodorowsky y hace poco transmitió la argentina XXY, y la rumana La muerte del señor Lazarescu.
Como ven, no hay razón para romper en llanto por la pobre cartelera comercial con que se nos castiga; basta con informarse y buscar, de eso se trata.
Cuado repasé la lista programada este año por Ficco (el festival de cine del DF), incomoda constatar todo lo que dejamos de ver por el coyuntural hecho de vivir en provincia. Pero el gimoteo no resuelve nada, soy más de armas tomar; así que tengo en mente fundar un cineclub: la idea es no quedarnos a la zaga en esta materia. Los interesados contáctenme.
a.a