lunes, 16 de abril de 2012

Algo sobre mi biblioteca



Damián Aviña, reportero de Hojalata, encarte cultural de Líder informativo, me entrevistó a propósito de mi biblioteca. Reproduzco la entrevista.

Damián Aviña.- ¿Eres bibliófilo o bibliómano?
Alfredo Arcos.- Soy lector.

¿Aproximadamente cuantos libros conforman tu biblioteca personal?
Ni la más remota idea.

¿Cuál es el libro más antiguo del acervo, o en su caso el primer libro que leíste?
El primer libro que leí fue “La isla del tesoro” de Stevenson. Así que mi debut como lector fue afortunado, ¿no le parece?

¿Cómo comenzó en ti la pasión por los libros, por la lectura?
La pasión lectora empezó, justamente, con ese libro. Yo era un niño y la sola idea de una isla con un tesoro (prometido en el título) era poderosamente seductora. El segundo libro que leí fue, si se me permite la expresión, mi consolidación como lector: Miguel Strogoff, de Julio Verne. Entonces quise ser valiente.


¿Existen publicaciones en tu acervo personal que destaquen por algún motivo en especial, ya sea porque son ediciones especiales, porque pertenecen a determinado autor, género, etc?
Desde mi primera respuesta pretendí ser claro. Tengo muchos libros, pero son libros que compro no con el furor del coleccionista, sino simplemente para leerlos. De manera que no persigo ejemplares raros, ediciones príncipe, incunables o cosas por el estilo. Simplemente soy una persona que gusta de la lectura y que tiene la fortuna de contar con recursos para adquirir los libros de su interés. No se espere mayor cosa de mí.


¿Cuales son tus favoritos?
Aquellos cuyo autor fue Jorge Luis Borges.


¿Con que frecuencia acudes a los libros de tu biblioteca personal?
Adquiero un libro e ingresa a mi biblioteca: Puede ser puesto en lista de espera o devorado de inmediato. A continuación, tomo un libro que quiero leer; ese libro andará conmigo de la seca a la meca: en mi recámara, en mi oficina, en mi auto, etc. Cuando termine su lectura habré de volver a mi biblioteca por otro. En ese orden de ideas, no existe una frecuencia como tal. Depende de muchos factores, las páginas del libro, el tiempo libre del que disponga: naderías como esas.


La biblioteca personal, ¿sigue creciendo?
Afortunadamente. ¿Sabía usted que Borges luego de quedar ciego seguía comprando libros? (hubo toda una legión de lectores dispuestos a leer para él.) Permítame una metáfora, acaso extravagante, esto de leer es como adentrarse en un laberinto y errar infinitamente, no hay prisa ni aflicción por salir de ese dédalo, se está a gusto allí.


¿Ha tenido que hacer algunas adecuaciones en su hogar para contar con un acervo propio?
Hasta ahora no. En lo sucesivo habré de hacer algo. Una ampliación, se entiende.


¿Cómo se debe cuidar una biblioteca de este tipo?
Me he limitado a la limpieza, airear la estancia, evitar las goteras y acciones parecidas dictadas por el sentido común.


¿Ha pensado en el destino de las publicaciones que conforman tu biblioteca con el paso de los años?, ¿Los conservaras siempre, o tienen algún futuro planeado?
¿El futuro de mi humilde Biblioteca? Cuando Andy García preparaba su debut como realizador, en “The Lost City“, visitó a su guionista de lujo, Guillermo Cabrera Infante. Es fama que la biblioteca de ese ilustre escritor cubano era enorme. Al ver tantos libros García preguntó “¿Los ha leído todos?” A lo que Cabrera Infante respondió: “Sí”… para de inmediato y pícaramente agregar… “pero sólo una vez”. Primero aspiro al menos a eso: a leer todos mis libros.


¿Qué atmósfera o experiencia distinta puede obtener alguien como tú que conserva un acervo propio, a cualquier otro lector, o no lector?
La ventaja que veo en mis circunstancias es que tengo los libros al alcance de mi mano. Es decir, no debo acudir a una biblioteca pública a pedirlos en préstamo. Debo agregar que no veo ninguna indignidad en esto último. Cuando era universitario, sin recursos, lo hice innumerables veces. Advierto una ventaja más: si la memoria me juega una mala pasada, acudo al libro para, por ejemplo, recordar que aquellos versos iban así:
“eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto”

1 comentario:

Marcelo dijo...

Muy buen reportaje! Yo (que me fui haciendo el mismo reportaje) me quedé trabado en la primera...!