Si bien creía que la política era una variante del tedio, Borges se pronunció anarquista, a la manera de Spencer; gesto con el que honraba la memoria de su padre. Reproduzco un diálogo contenido en el libro Anecdotario completo, de Mario Paoletti:
—¿Qué tipo de Estado desearía?
—Un Estado mínimo, que no se notara.Viví en Suiza cinco años y allí nadie sabía cómo se llama el presidente.
—La abolición del Estado que usted propone tiene mucho que ver con el anarquismo.
—Sí, exacto, con el anarquismo de Spencer, por ejemplo. Pero no sé si somos lo bastante civilizados para llegar a eso.
—¿Piensa seriamente que tal Estado es factible?
—Por supuesto. Eso sí, es cuestión de esperar doscientos o trescientos años.
—¿Y mientras tanto?
—Mientras tanto, jodernos.
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