viernes, 22 de junio de 2012

Una cita de Philip Roth


Por estos días, Philip Roth es noticia. El Príncipe de Asturias se ha sumado a los premios que reconocen su trayectoria. Los libros de este estadounidense universal no decepcionan. Por donde se le aborde se aprecia la excelencia.  Es probable que sus memorias, Los hechos, sea un buen punto de partida para aquel cuyos trabajos son ajenos.  De esa obra caen asombros como el siguiente:


…al igual que los enfermos incurables, los viejos lo saben todo de su propia muerte, menos el cuándo exactamente.

viernes, 15 de junio de 2012

El poder del perro


El entusiasmo de Rodrigo Fresán me acercó a El poder del perro. No es  el único en elogiar esa novela de Don Winslow. Sobre ella, en el Sunday Telegraph, se dijo:
"Es imposible hacerle justicia a El poder del perro con unas pocas palabras… Es un libro inmenso, en tamaño y en ambición. Sigue, a lo largo de casi treinta años. La lucha del agente americano contra los barones mexicanos de la droga responsables de introducir la cocaína en los Estados Unidos. Es una historia llena de sangre y violencia, y deja al descubierto la incompetencia, la corrupción y la conveniencia políticas."

Como consecuencia de esa trama, los episodios de tortura y ejecución son habituales. Aquí va uno:


“Todos conocen la historia de Rafael Bárragos… Rafi había asistido a una barbacoa en el rancho, poco después que Güero (un Jefe del Narco) y Pilar (la ex de otro Jefe del Narco) se casaran, y estaba con algunos cuates cuando Güero salió de la casa con Pilar del brazo. Rafi lanzó una risita, y en voz baja hizo una broma acerca de que Güero se había casado con la puta de Barrera. Y uno de sus buenos amigos fue a ver a Güero y se lo contó, y aquella noche sacaron a Rafi de su cuarto de invitado, fundieron delante de él  la bandeja de plata que les había obsequiado como regalo de bodas, le metieron un embudo en la boca y vertieron la plata fundida…

Así fue como encontraron el cadáver de Rafi: colgado cabeza debajo de un poste telefónico en una carretera secundaria a treinta kilómetros del rancho, los ojos abiertos de par en par a causa del dolor, la boca llena de plata solidificada. Y nadie se atrevió a bajar el cadáver, ni la policía, ni incluso la familia, y durante años el viejo pastor de cabras que vivía al lado habló del extraño sonido que producían los picos de los cuervos cuando perforaron las mejillas de Rafi y golpearon la plata."

jueves, 14 de junio de 2012

Un día como hoy, pero de 1986...

falleció Borges. Es por ello que me ha dado por abrir Los Conjurados y transcribir el primer poema que el azar depare. Es este:

Doomsday

Será cuando la trompeta resuene, como escribe San Juan el Teólogo.
Ha sido en 1757, según el testimonio de Swedenborg.
Fue en Israel cuando la loba clavó en la cruz la carne de Cristo, pero
                 no sòlo entonces.
Ocurre en cada pulsación de tu sangre.
No hay un instante que no pueda ser el cráter del Infierno.
No hay un instante que no pueda ser el agua del Paraíso.
No hay un instante que no esté cargado como un arma.
En cada instante puedes ser Caín o Siddharta, la máscara o el rostro.
En cada instante puede relevarte su amor Helena de Troya.
En cada instante el gallo puede haber cantado tres veces.
En cada instante la clepsidra deja caer la última gota.

miércoles, 6 de junio de 2012

Jugando a Juan Pirulero


En una de las cartas dirigidas por Alfonso Reyes a Jorge Luis Borges se lee lo siguiente:

“Solía decir yo a Jorge Luis Borges allá en mis días de Buenos Aires.- ¿Qué efecto podría causar una obra escénica cuyos personajes en vez de dialogar como suelen, simplemente monologaran uno frente al otro? Cada Juan Pirulero atiende a su juego, cada uno habla de lo que le interesa o fascina, cada uno sigue su sueño y no da oídos al interlocutor, por mucho que lo tenga delante. En el fondo y si pudiéramos arrancarnos el disfraz de muchas conversaciones, esto es lo que realmente sucede.”