viernes, 27 de marzo de 2009

Jardín y laberinto



J. C. Lamber, crítico y poeta, fue el primer traductor del Octavio Paz al francés. Se conocieron en 1951, Lambert era uno de los veinteañeros allegados al movimiento surrealista en torno a André Breton. Paz ejercía de tercer secrteario, en una oficina muy modesta, de la embajada de México en París.

En un dilatado periodo, que va de 1952 de 1992, Paz sostuvo una vigorosa correspondencia con Lambert, la cual ha sido publicada por Seix Barral bajo el título Jardines errantes.

Abundan en el libro las prepupaciones y sugestiones de Paz por la traducción de sus obras al francés; así como consideraciones de índole personal, no hay que olvidar que sobre todo eran amigos. Pero también podemos encontrar reflexiones que importan a cualquiera sin distingo de tiempo ni espacio. Como estas:


Mi biografía (?) es bastante estúpida, como la de la mayoría de los hombres...mi verdadera biografía son mis poemas.

Para juzgar a un filósofo hay que situarlo frente a un poeta. Compare a Sartre ante Baudelaire con la pareja Heidegger-Hölderlin.

Sería bueno hacer de nuevo la apología de las dos artes supremas de la verdadera civilización: el jardín y la conversación.

En el amor nos olvidamos; en la amistad nos encontramos.

(A porpósito de la negativa de un artista indio a participar en un proyecto) Swaminathan atraviesa por una crisis. Después de haber aceptado con entusiasmo, ahora me escribe una hermosa y extraña carta -muy dentro de la tradición de la India) en la que me comunica que no se siente con autoridad ni fuerzas para opinar ni escribir. Nosotros decimos: the rest is silence. Partimos de la palabra. Los indios dicen: the rest are words. Parten del silencio.

(Sobre su boda con Marie José en enero del 66) Mañana nos casamos ante un juez indio -aunque ya lo estamos ante la luna, el sol, las montañas y aún, y más, los decretos del viento-... nos casamos el día 20 de enero, en el jardín, ante un juez indio, tres testigos -el embajador de Argelia, Sham Sal (un escritor) y krishen Khana (un pintor)- bajo un gran árbol de nim y en presencia de muchas ardillas, loros, milanos, águilas, cuervos, bulbules, hormigas, mirlos, lagartijas, y otros pájaros y bestias- los únicos invitados. Un matrimonio al aire libre como homenaje al amor libre

La muerte no afecta a los muertos sino a los vivos. En cierto modo esto es terrible: nadie puede olvidar que va a morir -ése es el acontecimiento que nos espía desde que tenemos conciencia- pero nuestra muerte no nos afecta -afecta a los otros.

a.a

jueves, 26 de marzo de 2009

Nobleza de espíritu


“El bien no hace ruido, el ruido no hace bien” dijo Carlos Castillo Peraza y en seguida animaba a favorecer la reflexión sobre los reflectores. Le recuerdo ahora que vivimos instalados en el bullicio y es la fama el bien más anhelado.

Pocos se formulan hoy la pregunta que fundó la ética occidental: ¿cómo debo conducir mi vida? Nuestros días parecen cortados por la prisa sin cabida para el examen. Esta época gris privilegia lo nuevo, lo rápido, el escándalo.

En medio de tanta molicie no todo está perdido, aún quedan humanistas ilustrados dispuestos a dar la batalla, Rob Riemen, uno de ellos. Riemen, fundador y presidente del Nexus Institut de Tilburg, foro internacional que promueve el debate filosófico y la reflexión intelectual, ha publicado una serie de ensayos urgentes bajo el título Nobleza de espíritu.

En su libro retoma, desarrollando sus ideas con una mezcla de sencilla pedagogía y erudición literaria, la idea del Adel des geistes, formulada en su momento por Thomas Mann. Que no es otra cosa que la procuración de los valores que nos hacen mejores hombres: la verdad, la belleza, la justicia.

a.a

jueves, 19 de marzo de 2009

Escolios



Una epifanía, así calificaría mi conocimiento de los escolios del colombiano Nicolás Gómez Dávila. Reproduzco algunos:

Solo es inteligente el que no teme estar de acuerdo con los tontos.

La brevedad de la vida no angustia cuando en lugar de fijarnos metas nos fijamos rumbos.

Aprender a morir es aprender a dejar morir los motivos de esperar sin dejar morir la esperanza.

La verdad es un error que dura.

La vanidad junta a los seres, la vanidad los ata y la vanidad los separa.

Explicar cuando es posible sugerir supone un excesivo desprecio del lector.

Mientras más graves sean los problemas, mayor el número de ineptos que la patria llama a resolverlos.

La madurez del espiritu comienza cuando dejamos de sentirnos encargados del mundo.

Burguesía es todo conjunto de individuos inconformes con lo que tienen y satisfechos de lo que son.

El amor al pueblo es vocación del aristócrata. El demócrata no lo ama sino en período electoral.

Nadie tiene capital sentimental suficiente para malgastar el entusiasmo.

El libro no educa a quien lo lee con el fin de educarse.

Sólo tenemos las virtudes y los defectos que no sospechamos.

El prestigio de la "cultura" hace comer al tonto sin hambre.

Los argumentos con que justificamos nuestra conducta suelen ser más estúpidos que nuestra conducta misma. Es más llevadero ver vivir a los hombres que oírlos opinar.

Nada más peligroso que resolver problemas transitorios con soluciones permanentes.

Las amistades duraderas suelen necesitar torpezas compartidas.

Envejecer es catástrofe del cuerpo que nuestra cobardía convierte en catástrofe del alma.

Vencer a un tonto nos humilla.

Entre la anarquía de los instintos y la tiranía de las normas se extiende el fugitivo y puro territorio de la perfeccción humana.

Humano es el adjetivo que sirve para disculpar cualquier vileza.

Las artes florecen en las sociedades que la miran con indiferencia, y perecen cuando las fomenta la solícita reverencia de los tontos.

El tonto no se contenta con violar una regla ética: pretende que su transgresión se convierta en regla nueva.

El católico debe simplificar su vida y complicar su pensamiento.

Todo matrimonio de intelectual con el partido comunista acaba en adulterio.

La serenidad es el fruto de la incertidumbre aceptada.

En un siglo donde los medios de publicidad divulgan infinitas tonterías, el hombre culto no se define por lo que sabe sino por lo que ignora.

Los antiguos veían en el héroe histórico o mítico, en Alejandro o en Aquiles, el modelo de la vida humana. El gran hombre era paradigmático, su existencia ejemplar. El patrón demócrata, por el contrario, es el hombre vulgar. El modelo democrático debe rigurosamente carecer de todo atributo admirable.

Quien cita a un autor muestra que fue incapaz de asimilárselo.

Complicar es la más alta prerrogativa del hombre.

¿La tragedia de la izquierda? Diagnosticar la enfermedad correctamente, pero agravarla con su terapéutica.

Pensando en ti como ahora pienso



Un día como hoy, hace diez años, falleció el poeta José Agustín Goytisolo. Hay poemas que prodigiosamente calan en el gusto popular; es el caso de uno de los suyos, Palabras para Julia, del que repodruzco ahora algunas estrofas:

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.



Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida y sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

Nunca te entregues ni te aprtes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vid es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

a.a

Que yo no soy Mickey Rourke



Que yo no soy Mickey Rourke
Ni tu Kim Basinger
Ni tengo nueve semanas y media

Así iba el estribillo de una canción de Joaquín Sabina que en mi legendaria época de universitario me calzaba como dócil guante.

Es obvio que Sabina no se sentía físicamente agraciado y por ello declaraba que él no era el galán del momento: Mickey Rourke. Décadas después el citado actor es todo menos eso.

En un escurridizo viaje a Monterrey el fin de semana pasado (objetivo: “El buen canario”), vi El luchador, protagonizada por Mickey Rourke y aún no me repongo.

Celebro que el director de la película, Darren Aronofsky, vuelva por sus fueros y retome el aliento que le conocimos en Requiem por un sueño.

El film cuenta la caída en picada de un otrora ídolo de las luchas. Ahora, envejecido y con un corazón a punto del colapso, le veremos ajustar cuentas con sus deberes incumplidos como padre y librar las batallas de un día a día en donde nada es bello.

Con todo y que la actuación de Sean Penn me pareció notable, si en mi hubiese estado designar la mejor actuación masculina del año, no tengo dudas, hubiese premiado a Mickey Rourke.

a.a

miércoles, 18 de marzo de 2009

Cinco notas sobre Milk



1.- Cada vez me agrada más el cine de Gus Van Sant. Prefiero sus últimos trabajos: Elefante, Paranoid Park y, por supuesto, Milk.

2.- Fue correcto que el personaje de Harvey Milk, el primer homosexual en luchar a favor de la igualdad de derechos para la comunidad gay de San Francisco en ganar una elección y conseguir un puesto público en su ciudad, fuese interpretado por un actor heterosexual: Sean Penn.

3.- Muy oportunas las palabras de Sean Penn al recibir el Oscar al mejor actor protagónico: se declaró a favor del matrimonio entre homosexuales, justo cuando el estado de California pretende derogar una ley que ya lo permitía.

4.- Dos aciertos. El primero, delimitar el film a sólo un episodio; aquel en el que vemos a un Milk activista. El segundo, y más importante, no centrar su vida en su bragueta.

5.- En septiembre, hace dos años, caminaba por Castro Street. Recuerdo que un cine exhibía películas fuera del circuito comercial (la de aquel día era Cruising, con Al Pacino). Al llegar a la placita en honor a Harvey Milk vi que una pareja de chicos se besaban. En la esquina, un policía organizaba el tráfico.

a.a

martes, 17 de marzo de 2009

una, dos, tres, cuatro razones



Porque es lindo este día
y nada lo desmiente

Porque hay fábulas que envidian
el fulgor de tu risa

Porque un día no lejano
prometido y secreto
Berlín será nuestro

Porque a nadie
sino a ti
suelo decir
Gute nacht, mein liber schatz

a.a

lunes, 16 de marzo de 2009

Una de romanos



En busca de un poco de amenidad me di a la lectura de El asombroso viaje de Pomponio Flato, a sabiendas que en materia de esparcimiento su autor, Eduardo Mendoza, no decepciona.

En el siglo I de nuestra era un romano de familia patricia y de nombre Pomponio Flato viaja por los confines del imperio buscando unas milagrosas aguas citadas por Plinio el Viejo en su Historia Natural: “concede a quien las bebe el poder de emitir oráculos”. Mas lo que encuentra no son las portentosas fuentes sino inmundos charcos que le provocan feroces diarreas.

Los derroteros de su vagancia le llevan a Nazaret donde será contratado para dar con el autor del crimen de un poderoso de la época y así salvar a un inocente de ser crucificado.

Esta novela se lee con el creciente interés propio de los relatos policíacos pero su extravagante trama le servirá a Mendoza para poner en solfa a la novela histórica y los evangelios.

Por su lectura sabemos que los árabes no siempre fueron monoteístas ni siempre la orientación de sus oraciones fue la Meca, como lo corroboramos en la descripción que hace Pomponio de las costumbres un grupo de nabateos con los que topa por azar:

...nunca recuerdan el pasado ni hacen planes de futuro, y si algo relatan, se cuidan de aclarar que todo lo que sucede en el relato es fruto de su imaginación. Como están obligados a convivir los unos con los otros día y noche, desde la infancia hasta la muerte, tienen por norma estricta evitar una familiaridad que con toda seguridad derivaría en conflicto y degeneraría en enemistad. Por esta causa extreman la formalidad y la discreción y son muy ceremoniosos. Comen y duermen separadamente, y cada vez que se dan por el culo se hacen mil reverencias... No comen cerdo. Si pueden, se lavan. Nunca se afeitan.


a.a

viernes, 13 de marzo de 2009

una rosa es una rosa



A rose is a rose

inmóvil devora luz
se abre obscenamente roja
es la detestable perfección
de lo efimero
infecta la poesía
con su arcaico perfume



El poema anterior es de la poeta peruana Blanca Varela. Con dolor, con estremecimiento, me entero que ha muerto.

Jamás le olvidaré, me prometo leerle cada que los nudillos del terror y el miedo golpeen insistentes; cada que mi loco corazón descubra que no, que no era cierto.

a.a

martes, 10 de marzo de 2009

Eminentemente privado



Pocos autores despiertan el entusiasmo de los grandes. Entre esos pocos, Julio Cortázar. Así lo recuerda Mario Vargas Llosa:

(A propósito de cuando el tándem Julio Cortázar/ Aurora Bernárdez hablaban) Todos los demás parecíamos sobrar. Todo lo que decían era inteligente, culto, divertido, vital.

... virtud cortazariana por excelencia: ser un Dorian Gray...muy alto y delgado, de cabellos cortísimos, lampiño, de grandes manos que movía al hablar... Parecía mi contemporáneo y, en realidad, era veintidós años mayor que yo.

... de cada encuentro con él yo salía cargado de tesoros: películas que ver, exposiciones qué visitar, rincones por los que merodear, poetas que descubir...

Probablemente ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración tan dúctil y provechoso.

Con Julio Cortázar era posible ser amigo pero imposible intimar. La distancia que él sabía imponer, gracias a un sistema de cortesías y reglas a las que había que someterse para conservar su amistad, era uno de los encantos del personaje...Era un hombre eminentemente privado.

a.a

lunes, 9 de marzo de 2009

Ah! Los amigos



Me comparte Antonio Saravia un manuscrito de su autoría acertadamente titulado Surtido Rico. Los que consigan leer ese divertimento encontrarán en sus páginas muchos ingenios y un hombre. Me parece que Saravia tiene un acusado sentido de la humanidad. A lo largo de los años hemos cultivado una entretenida amistad y a veces reflexionado sobre ese prodigio. A propósito de tan alto tema, Saravia incluye una frase atribuida a María Félix: “A los amigos, hay que tomarlos como a las casas, con sus ruidos y sus goteras.”

¿Cuándo nace una amistad? Sábado 7 de Marzo de 2009. Lobby del Camino Real. 3:45pm. Conocí a Raúl. Algo me impele a consignar por escrito el día, el lugar y la hora.

a.a

viernes, 6 de marzo de 2009

Los adorables Wheeler



Cuentan con casa en Revolutionaty Road. Han pasado siete años y este es el saldo: dos hijos y los anhelos de juventud tirados al caño. Si Abril (Kate Winslet) quiso ser actriz y si la idiotizante rutina le impide a Frank (Leonardo DiCaprio) indagar una mejor manera de consumir su existencia; entonces es hora, piensa Abril, de mudarse a París (porque siempre tendremos París). Es posible que en ultramar el vacío, que arponea sus días en Revolutionary Road, se llene de milagros. París, como hábil prestidigitador, pondrá de pie a los caídos sueños, piensan.

Los adorables Wheeler ignoran lo que Pedro Calderón de la Barca intuyó:

¿Qué es la vida? Un frenesí
¿Qué es la vida? Una ilusión
Una sombra, una ficción
Y el mayor bien es pequeño:
Que toda la vida es sueño
Y los sueños, sueños son.

Pero siempre hay un elemento ajeno al cálculo, siempre un molesto detalle escapa a la planeación. Ya no habrá viaje a París ¿Habrá manera de permanecer en el solar de Revolutionary Road sin que los Wheeler malgasten el tiempo, sin que el tiempo los malgaste a ellos?

Cuando el realizador Sam Mendes irrumpió en el séptimo arte traía en la mano un cartucho de dinamita; lo blandió en American Beauty y lo arrojó en Revolutionary Road: una soberbia película con diálogos (el film está basado en una novela de Richard Yates, un autor ahora olvidado) que uno juzgaría de una crueldad innecesaria:

(en el punto más álgido de una pelea conyugal)
Abril.- ¿Vas a matarme? ¿Vas a golpearme para demostrarme cuánto me amas?
Frank.- No vales ni la pólvora que te haría explotar.


Aunque la cinta cuenta con soberbias actuaciones (incluida la del extraordinario Michael Shannon, un loco contertulio de los Wheeler: el gaviero que avista la tormenta, sabe que el barco habrá de naufragar… y sonríe) es Kate Winslet quien se roba la pantalla. ¡Bravo, Kate! Ya era hora de alzarte ante los enanos que dudaban de tu estatura.

Todo fue minuciosamente orquestado, incluso el final fue resuelto con elegancia. Resulta de mal gusto, como lo hace la agente de bienes raíces (Kathy Bates) que ha colocado la casa de Revolutionary Road a nuevos moradores, hacer leña del árbol caído; la conocida historia: los ídolos de ayer, vituperados hoy. Ese rosario de habladurías es algo que ni el compañero fílmico de la Bates, ni usted ni yo querremos escuchar.

En tono pesimista: Vea usted esta película si está casado. Mejor, veála si aún puede evitarlo.

a.a

lunes, 2 de marzo de 2009

Paz en La pléiade

La permanencia otorga el carácter de clásico. A más de una década de su fallecimiento se siguen publicando libros sobre Octavio Paz e incluso textos no recogidos en sus Obras Completas.

La última noticia sobre Paz me llegó por un comentario que cita Guillermo Sheridan en su blog. Resulta que las Oeuvres de Paz ya forman parte de la exquisita Bibliohthèque de la pleíade de Editions Gallimard (esta editorial, por cierto, es hija de la Nouvelle Reveu Francaise, de cuyo centenario me ocupé días atrás), compartiendo el honor con sólo tres autores más en lengua española: Cervantes, Lorca y Borges.

Hoy recordaré a Paz en la reunión del Círculo. Ni siquiera necesito seleccionar con premeditación algún pasaje, Paz no tiene desperdicio. Hago la prueba ahora mismo, tomo Las palabras y los días, abro al azar, y leo:

Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor intensidad, toda la poesía... Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro.


a.a