lunes, 24 de noviembre de 2008

Noticias del Imperio



En 1861 el Presidente Juárez suspende el pago de la deuda contraída con países extranjeros, principalmente Inglaterra, España y Francia. Esa medida servirá de excusa a Napoleón III, resuelto a establecer una monarquía en suelo americano que contribuya al engrandecimiento de la gloria francesa, para disponer un ejército de ocupación que allanará el camino de la entronización de un príncipe católico europeo, el Archiduque austriaco Fernando Maximiliano de Habsburgo. Hacia 1864 llegan a México Maximiliano en compañía de su mujer, Carlota de Bélgica.

De esa trágica cuanto efímera empresa trata Noticias del Imperio de Fernando del Paso. Con la charla sobre esa novela, el próximo lunes 8 de diciembre, en el lugar y horario acostumbrado, cerramos 2008 en el Círculo de Lectores que coordino. La última encuesta que recuerdo reportaba que el mexicano lee en promedio dos libros por año (me parece que esa cifra es optimista). No todos, pero si algunos de los allegados al Círculo habrán leído al menos doce. No es mala noticia.

a.a

viernes, 21 de noviembre de 2008

En la capilla de Rothko



La escultura del obelisco trunco de la que hablé hace unos días es obra de Barnett Newman y fue eregida a la memoria de Martin Luther King.



a.a

Quémese después de leerse


La consabida frase de las historias de espionaje en manos de los hermanos Coen toma otro cariz. En esta ocasión los realizadores de No hay lugar para los débiles atacan la realidad en clave cómica. Un ex empleado de la CIA (John Malcovich) escribe sus memorias sin dejar de rumiar su inopinado despido: “¿Cuál trasero no besé?”, es la cuestión. Una de esas mujeres que ya no se cuecen al primer hervor (Frances McDorman) apuesta por reinventarse a través de la cirugía plástica. Pero eso cuesta, entonces habrá que obtener dinero a como de lugar. El amante de aquella (George Clooney) también se refocila con la esposa del primero (Tilda Swinton). El entrenador de un gimnacio (Brad Pitt), es como las chicas Almodóvar de aquella canción de Sabina, un poco listo, un poquitín bobo. En fin, un cortijo de imbéciles; entre ellos juegan a demostrar quién es más tonto.

Si después de leer el párrafo anterior infiere usted que repruebo Quémese después de leerse, se equivoca. He reiterado una y otra vez mi admiración por los Coen. Esta también es la ocasión.

Los días se anuncian mansos en la fría soledad de mi búnker. Escribiré, sin duda. Veré un poco de cine. Leeré otro tanto. Ya les iré contando.

Keith Richards. Es célebre la adicción del guitarrista de los Stone a los barbitúricos. No lo es tanto su agudo sentido del humor. Una muestra: “Nunca he tenido problemas con la droga. Sólo con la policía”.

a.a

jueves, 20 de noviembre de 2008

El error de Madero


Creo que no aporto nada nuevo si menciono que la compañera de Carlos Fuentes, Silvia Lemus, ha venido realizando sucesivas entrevistas misceláneas para canal 22; bajo el nombre de Tratos y Retratos.

En las últimas semanas se han trasmitido la que sostuvo con Friedrich Katz. Cuando veamos la Historia Mexicana sin anteojeras nacionalista se justipreciará la labor que en esa materia ha desarrollado Katz.

La charla fue a propósito de Madero, lo que calza bien en estos días por razones obvias. Da gusto asistir al despliegue de erudición del historiador. Un tema en particular, de los varios tratados, capturó mi atención: los errores de Madero.

Uno de ellos fue no poner a buen recaudo al vicepresidente José María Pino Súarez, recuérdese que ambos son asesinados en el mismo momento, enviándolo a una ciudad alejada del centro. (Entre las opciones barajadas, Katz citaba a Yucatán, seguida del comentario, “su tierra”. Entiendo que Pino Suárez es mi paisano; Tenosique, un municipio tabasqueño colindante con Guatemala fue su cuna. Y de pequeños, los chocos aprendimos a llamarlo “caballero de la lealtad”. Atribuyo el comentario de Katz a la ascendencia yucateca del prócer.) Katz cavila atinadamente que de haber estado separados Presidente y Vicepresidente el magnicidio hubiese resultado improbable, pues Pino Suárez hubiese reforzado el cuidado de su persona rodeándose de un efectivo y leal equipo de seguridad; cosa que no hizo Madero, otro de sus errores.

Como lo ilustra el comentario anterior, los mexicanos, sin importar la esfera social, no tenemos la precaución entre nuestras prioridades. Basta un ejemplo: hubo de imponerse multas para alentar el uso del cinturón de seguridad al conducir. Ahora, cuando queda esclarecido que las causas del avionazo donde perdieron la vida de Mouriño y Vasconcelos fue una mezcla de cuestiones técnicas e impericia, asombra leer lo que Federico Reyes Heroles publicó el martes pasado:

López Portillo compró dos aviones 727 usados que fueron adaptados para viajes intercontinentales, pero sólo se le hicieron las adaptaciones de combustible, no de instrumentos de navegación. Por lo tanto requerían de auxilios para este tipo de trayectos. De la Madrid estuvo a punto de matarse rodeado de funcionarios de altísimo nivel al despegar en una de esas chatarras en Cozumel. Allí se decidió comprar el actual 757, el TP 01, que ya tiene más de 20 años de uso. Cuando De la Madrid decidió la compra le llovieron las críticas. Si a la crítica fácil y al populismo irresponsable le sumamos la necesidad del Presidente y de los altos funcionarios de recorrer el país sistemáticamente, pues nos encontramos ante una encrucijada: necesitamos esa movilidad, esa presencia en todas partes del mundo, pues entonces hay que pagarla.

En la persistencia de ahorros mal entendidos, nos resulta más caro el caldo que las albóndigas. Concluyendo, Madero no fue precavido. Tampoco nosotros lo somos.

a.a

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Houston


Aprovechando el puente de noviembre veinte me integré a un contingente, conformado por Mariana, Tony, Robert y el que escribe, con la intención de viajar a Houston.

Salimos el sábado a mediodía, poco más de dos horas nos tomó cruzar el Puente de Colombia, la duración del cruce en los puente internacionales de Nuevo Laredo se anunciaba mayor, entrada la noche alcanzamos los límites de la ciudad bautizada con el apellido del estadista y soldado estadounidense que en 1836 forzó a Santa Anna a firmar el Tratado de Velasco, concediendo la independencia de Texas.

En Houston una pareja de amigos, española ella, peruano él, fueron nuestros anfitriones. Platicamos un poco sobre literatura y música peruana en lo que bebíamos pisco sour. (Ainhoa y Gian Carlo, por vuestra gentileza: gracias totales.)

El domingo por la mañana visitamos la capilla de Rothko. Se encuentra en una zona apacible y arbolada de la ciudad. Es solaz y discreta. Lo primero que llama la atención es una escultura de un obelisco trunco dentro de una pileta. Una vez dentro del recinto diseñado en forma octagonal se pueden apreciar los catorce cuadros en gran formato con colores que van del púrpura al negro pintados ex profeso para el lugar; diseñado para la meditación y el ejercicio espiritual.

Mark Rothko (1903-1970) nació en Letonia pero vivió la mayor parte de su vida en los Estados Unidos. Privilegió las formas rectangulares y el protagonismo del color en sus trabajos. La depresión y alcohol lo condujeron al suicidio.

La noche del domingo asistimos al concierto que Madonna ofrecía en el Minute Maid Park, en el downtown. La reina del pop aún luce like a material girl. Su más reciente trabajo acredita su facilidad de adaptación a los caprichos de la moda musical. De su carrera rescataría aquel cd suyo bajo el nombre de Ray of Light. El estadio abarrotado y las grandes filas para los consumos de alimentos y bebidas y compras de souvenir me llevan a dudar si la tan pregonada crisis global es de carácter económico o de otra índole.

a.a

viernes, 14 de noviembre de 2008

Ese libro está prohibido

Lo he dicho antes. Lo repito ahora: José de la Colina es un maestro de las formas breves. Para muestra, un botón:

-¿Y el libro ése?
-¡Prohibido!
-Pero si ya no hay censura.
-Prohibido por los lectores, quiero decir.


a.a

jueves, 13 de noviembre de 2008

Una dama sin pudor


Desde la barrera los toros se ven distintos. Y lo que ciertamente para el personaje central de Una dama sin pudor (Irina Palm) debió representar un molesto inconveniente, para nosotros, los espectadores, es un hilarante asunto.

Una mujer ya entrada en años y en carnes, apremiada por agobios económicos, con el agravante de una impostergable próxima intervención quirúrgica de su pequeño nieto, resuelve hacerse de un buen dinero a como de lugar. Lo que uno jamás imaginaría, dado el desastroso estado físico de la señora, es que la fuente de sus ingresos resultase el sexo servicio. Claro, no en el arte del streaptease ni como trabajadora horizontal, que ya no está para esos trotes, sino renovando (añadiendo el elemento del glory hole) la práctica de la masturbación. Si nuestros distribuidores fuesen más mexicanos y menos persignados Irina Palm pudo llamarse, entre nosotros, Una mano amiga.

a.a

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Ceguera


Por una razón que podemos atribuir al misterio, progresivamente, la humanidad va perdiendo la vista. Un grupo de estos ciegos (entre ellos se ha colado una vidente) es concentrado en un galpón. En ese estado de reclusión donde también se da la solidaridad y el amor, no tardarán en reproducir las bestialidades de su vida pasada.

La crítica no le ha sido del todo afortunada, pero cómo resistirse a este film. Sobran los motivos para ver Ceguera. Basada en una novela de José Saramago y dirigida por Fernando Meirelles (el realizador de Ciudad de Dios), cuenta con un efectivo reparto encabezado por Julianne Moore, que todo lo ilumina.

a.a

martes, 11 de noviembre de 2008

Fuentes, 80


La última vez que vi a Carlos Fuentes en un evento público fue en noviembre de 2006, en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara; se congregaban también José Saramago y Gabriel García Márquez. El motivo de la reunión eran la participación de la premio Nobel sudafricana Nadine Gordimer en la Cátedra Julio Cortazar.

Fuentes parecía un dandy, impecable. Cualquiera pensaría que evita el desaliño lo mismo en sus escritos que en su persona. Recuerdo incluso que lucía bronceado. Si la memoria no me juega una mala pasada se refirió a la escritora sudafricana como una valiente opositora del apartheid y una “artesana de la palabra”. Gordimer, a su vez, manifestó que pese al elogio de Fuentes, en aquel momento, abrumada por el cariño tapatío, no encontraba que decir, le faltaban las palabras. Y por absurdo que parezca así fue, al menos por unos minutos, pues había olvidado llevar consigo el escrito del discurso para la ocasión.

Me parece que Fuentes ha escrito libros importantes y otros no tanto. Su primera novela publicada, que este año cumple el medio siglo de vida, La región más transparente, renovó la narrativa mexicana. En nuestro país nadie había escrito algo así.

La generación de Fuentes no pocas veces atendió el llamado de Jean Paul Sartre y su idea del escritor comprometido. Esto los llevo a defender lo indefendible y a silenciar crímenes y aberraciones. Para nuestra fortuna, Fuentes, al igual que Octavio Paz, optó por afirmar la soledad del artista. Desde su libertad el escritor puede o no apoyar o reprobar esto o aquello. En palabras de Fuentes: “El escritor es libre de escoger su filiación política, su ideología, su actividad ciudadana. O no tenerla”.

Se le ve más joven y enérgico que nunca. Hoy es su cumpleaños. Felices 80.

La de anoche. Fue la reunión más emotiva de lo que va del año. Fue, también, la más nutrida. Creo que al abordar a José Emilio me detuve más en el poeta que en el narrador. En qué momento, no lo sé, pero se hizo la magia. Cuando me formulé el propósito de animar un Círculo de Lectores en Nuevo Laredo secretamente anhelaba una reunión como la de anoche. Mi deseo se ha cumplido. Para finalizar el año, adelanto, me ocuparé de Fernando del Paso y su Noticias del Imperio. La cita es para diciembre 8. Una vez terminada la reunión de esa noche nos trasladaremos a la casa de la sra. Diana Deándar para una reunión de carácter social. Los que deseen asistir por favor coordínense con ella, para lo que haga falta.

a.a

lunes, 10 de noviembre de 2008

Quemar las naves


Cuando el cine mexicano se ocupó del asunto Gay lo hizo de mal modo, con morbo y derivando en lo patético. No podemos culpar a esos realizadores (Ripstein en El lugar sin límites, Hermosillo en Doña Herlinda y su hijo o Exxxorcismos, Fons en El callejón de los milagros, por sólo citar algunos. Dejo fuera toda la ristra de películas de ficheras donde el gay no podía ser otra cosas que el jotito, la mariquita.); con su trabajo reflejaban el trato discriminatorio de la sociedad, de modo generalizado, para con aquella comunidad.

Cualquier chico gay nacido en los ochenta o noventa verá esas historias como algo arcaico. La cuestión homosexual tiende a normalizarse. Ya no se le demoniza como antaño. Pero nuestro cine se había anclado en otra era. La primera buena señal de que se enderezaría el rumbo la dieron los Cuarón con Y tu mamá también; basta de hipocresías, aquello le podía suceder a cualquiera.

Pero el trabajo mejor acabado sobre el tema nos llegó recientemente con Quemar las naves. Ópera prima realizada por Francisco Franco, homónimo del dictador español, esta película presenta muchas sorpresas: destaca la notable dirección de actores, la señorial belleza zacatecana, los temas musicales compuesto por Joselo Rangel, de la banda Café Tacvba, interpretados por Julieta Venegas y Eugenia León (esta última al estilo de las canciones que competían en el festival OTI); es una alegoría del amor fraterno y sus poderosos lazos, pero sobre todo una nueva mirada hacia el asunto homosexual; fresca, clara, sin dramatismo. Un desengaño amoroso se sufre igual, lo mismo si ocurre entre un hombre y una mujer que si entre dos hombres.

Coda. Lo olvidaba, hoy hablaré de José Emilio y sus batallas. Misma hora. Mismo lugar.

a.a

viernes, 7 de noviembre de 2008

Fuentes, García Márquez, el cine


Un diario de la localidad reproduce un texto extraído, así lo anuncia, de www.clubcultura.com en el que Gabriel García Márquez recuerda anécdotas de su trato con Carlos Fuentes, como parte de las celebraciones varias de que es sujeto el escritor mexicano en víspera de sus 80.

Recuerda el Nobel colombiano lo que considera el capítulo más deprimente de sus carreras, cuando al alimón trabajaban un guión cinematográfico: “… un director de cine nos hacía deshacer todos los días el trabajo del día anterior, para rehacerlo otra vez al día siguiente. Sólo porque el necesitaba retrasar el comienzo de la película para atender otro compromiso previo. Esa pesadilla de Penélopes literarios no sólo consolidó para siempre mi admiración y mi afecto por Carlos Fuentes, sino que había de inspirarme más tarde el viaje solitario del coronel Aureliano Buendía, que hacía y deshacía sus pescaditos de oro.”

(Permítaseme un discreto ataque de pedantería: un procedimiento semejante a esa tarea de Sísifo es el empleado por Fuentes en un relato sobre el cerco de Numancia, contenido en su libro El Naranjo.)

Una sugerencia: Sería afortunado que cualquiera de los cineclubes de la localidad, aprovechando la coyuntura, exhibiese Tiempo de Morir (¿La recuerdan? Es aquella que incluye la imborrable secuencia donde Jorge Martínez de Hoyos encarna a un valiente que en temerario desafío al machismo de la hora, gasta su tiempo libre en una tumbona aplicándose, como lo haría cualquier abnegada madre o abuela, al bordado). Realizada por un jovencísimo Arturo Ripstein, el guión de esa película se lo debemos a la mancuerna Fuentes-García Márquez. Si les parece una buena idea, pongo a disposición ese film, en formato dvd, de mi videoteca personal.

Coda. El próximo día 13 el cineclub de Estación Palabra proyectará Persépolis. Esta cinta animada ganó, ex aequo con Luz Silenciosa de Reygadas, el Premio del Jurado, en la edición 2007 del prestigioso festival de Cannes.

a.a

jueves, 6 de noviembre de 2008

El discurso del perdedor


Una democracia demanda la participación de demócratas. Por redundante que luzca la frase siempre he creído que es así. Un candidato que se precie de ser demócrata sabe que en la apuesta se gana y se pierde. La distancia entre el ganador y el perdedor puede no ser abrumadora, puede, incluso, cifrarse en un solo voto; el demócrata lo sabe y lo admite.

Cuando el sentido de la votación a favor de Obama era ya irreversible el candidato John McCain ante un nutrido número de seguidores congregados en Phoenix, Arizona, asumió su derrota. Telefoneó a su rival para felicitarlo por haber sido “electo Presidente del país que los dos amamos” y discurrió un discurso en este sentido:

Les pido a todos los estadounidenses que me apoyaron no sólo que lo feliciten sino que le ofrezcan a nuestro nuevo Presidente su buena voluntad y esfuerzo para zanjar nuestras diferencias y ayudar a restaurar nuestra prosperidad; a preservar nuestra seguridad en un mundo peligroso y dejar a nuestros hijos y nietos un país mejor y más fuerte que el que nosotros heredamos.

Se me dirá que la diferencia en el conteo de los votos ara amplia y marcaba a un claro ganador. Les recuerdo el caso de Al Gore en el 2000, quien acaso sí tenía fuertes motivos para desconocer el triunfo de su oponente. Su comportamiento fue similar. Dictado el fallo, se reconoce al ganador y se exhorta a la unión, no a la división. Entre nosotros, salvo contadas y honrosas excepciones, nuestros políticos no reconocen la derrota, se erigen víctimas de un fraude.

a.a

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La fiesta y el duelo


La fiesta. Ganó Barack Obama y somos muchos los que celebramos su triunfo. Por primera vez en la historia el inquilino de la Casa Blanca será un ciudadano con raíces negras. Con su victoria insufló vida al sueño americano: cualquier persona, independientemente de sus circunstancias o avatares biográficos puede conseguir lo que desea con tan sólo empeñarse en ello. Tiró por la borda, también, el paradigma del racismo: el voto que le dio la victoria fue el mayoritario voto blanco.

Aplaudimos lo que de bueno advertimos en la democracia norteamericana, que no es poco: las urnas como instrumento de castigo a una mala gestión. Muchos factores explican el resultado; la juventud y carisma del candidato vencedor es uno de ellos, pero una causa no menor fue la sanción que a través de su voto millones de norteamericanos propinaron al partido del presidente Bush. El repudio a una equivocada política exterior y al desarreglo económico persistente también explica la victoria de Obama.

Para los que vivimos de fuera el proceso dos de sus ofertas de campaña concentran la atención; las decisiones encaminadas a robustecer la economía de su país, con la consecuente reactivación de las economías mundiales y el gradual retiro de las tropas de Iraq. ¿Cumplirá esas promesas? Esperamos que así sea.


El duelo. El desplome del jet en el que perdieran la vida Juan Camilo Mouriño, Santiago Vasconcelos y otras personas opacó la jornada de ayer. El titular de la Secretaría de Gobernación, Mouriño, fue no sólo un cercano colaborador sino también un amigo del presidente Calderón. Su gestión fatalmente interrumpida no fue lo brillante que se esperaba. Pero no es este el tiempo ni yo el indicado para emitir esos juicios. Como cualquier mexicano lamento su muerte y la de los otros compatriotas.

En el momento de escribir estas líneas se desconoce las causas del incidente. Para decirlo en corto, ignoramos si fue un accidente o un atentado. Si acaso lo segundo, ¿sería mucho pedir que se haga justicia?

a.a

martes, 4 de noviembre de 2008

La ventana de enfrente


En la apacible calma de mi bunker ha caído Gente así, lo más reciente de Vicente Leñero. Me gusta su estilo llano y ajeno al adorno. Ya leí el primero de los relatos, titulado "La cordillera". Una historia bien lograda; en ella el autor dosifica astutamente los dos materiales que constituyen la obra: verdades y mentiras. "El que dice la verdad, poco dice" anuncia el epígrafe de Porchía. Tarea vana es conjeturar qué del libro es realidad y qué es ficción; finalmente, todos conocemos gente así.


Seguido al fallecimiento de Emilio Carballido mucho de sus conocidos contaron sin número de anécdotas sobre el dramaturgo. Una de las que trascendió es aquella que aludía al horario en que escribía. Lo hacía en las noches y por largas horas. ¿Cuándo Parar? ¿Cuándo decidía Carballido que ya era hora de irse a dormir? No antes de que se apagara la luz de la ventana de enfrente. El vecino era otro nocturno e imbatible escritor. Carballido, faltaba menos, no podía retirarse hasta que no hiciera lo propio su vecino. La ventana de enfrente era la de la casa de Vicente Leñero.

a.a

lunes, 3 de noviembre de 2008

Forma única

En días pasados, en una muestra más de su inmarcesible amor patrio, el Loco visitó el Congreso de la Unión. La alharaca entre perredistas y frentistas fue notoria. En medio del barullo que les caracteriza, las consignas, que también le caracterizan, acusaban distorsión. Personita, visiblemente alarmado, me cuenta que creyó escuchar una en estos términos: “Es un horror estar con Obrador”. Pese a todas sus potestades, el Loco antes de ser recibido hubo de llenar la siguiente forma única.

a.a